Y lo que, en principio, era un simple préstamo de un bastón para poder rodar se ha convertido en una relación algo más intensa. Parte de la culpa de ello la tiene mi querida Olga que, además de ser una de las asociadas, es mi prima.
Gracias a ella he podido ir adentrándome en el extraordinario mundo de las personas que sobreviven en un mundo creado y mantenido por individuos sin problemas visuales. A la dureza de este día a día, se le une la falta de sensibilidad que tiene, en general, esta sociedad con el discapacitado.
Suerte que, trabajando desde la sombra, desde asociaciones como las que lideran Manel o Gloria se va arañando milímetro a milímetro un poco de espacio en el que compartir experiencias, recursos para iniciar nuevos proyectos y donde tener un apoyo moral, psicológico y afectivo que muchos no encuentran en esta sociedad que nos obliga a competir constantemente y que deja a un lado al que no tiene disponible todas su capacidades.
He podido conocer gente, con un resto visual muy pequeño que luchan diariamente, contra la sociedad y contra ellos mismos para no caer en el desánimo y seguir adelante. Creedme si os digo que son un ejemplo a seguir.
UN DESIG, UNA FLOR (Un deseo, una flor)
La actividad consta de varias fases. Primero hemos de pensar un deseo, un anhelo, una fantasía,… Una vez este deseo lo hagamos llegar a Olga, que coordinará toda la actividad, ella nos dará el que haya escrito otra persona.
Las protagonistas son las flores.
A continuación os dejo el vídeo que se realizó para promocionar la actividad. Aunque está en catalán, con las explicaciones anteriores, creo que se entenderá bastante bien.
Un desig una flor from John Shark on Vimeo.
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