Ha pasado el verano y, entre nuevas movilizaciones y compañeros que van cesando su relación laboral con el centro hospitalario en el que compartimos experiencias y amistad, debo reactivar el proyecto.
Ya he empezado a contactar con varios de los actores del próximo capítulo pero las variaciones que va teniendo la plantilla de celadores del centro no me ayuda mucho. Nuevamente he tenido que cambiar el orden de los capítulos para poder ajustarme a las nuevas circunstancias, esperando que DECÁLOGO pueda seguir adelante.
Un abrazo a los compañeros/as con los que, espero que temporalmente, no comparto pasillos, ni miradas de complicidad, ni comentarios sobre la última jornada de liga, ni siquiera mesa en el comedor.
